
Siempre que en una cadena estatal aparecen las imágenes de
una cogida, en los foros de las páginas de contenido
taurino, se monta en cólera por verse como un ataque frontal
a la fiesta en general o a los festejos populares en
particular.
Tiene mucha más lógica achacarlo a lo que se puede llamar
una “cultura del morbo” televisiva, que no ver
fantasmas donde no los hay. Las televisiones, por regla
general, no tienen ningún interés concreto en acabar con la
fiesta o con los festejos populares. Simplemente es que no
les interesan, nada más, salvo excepciones como la de
Castilla-La Mancha Televisión.
Un argumento válido sería el de que se da la información
sesgada, emitiendo sólo una parte, la trágica, de las
muchas que componen la rica cultura de los festejos
populares. Pero es que lo de sesgar la información sucede
con todas las noticias. ¿Cuándo aparece en las noticias una
información sobre aviación? Únicamente cuando hay un
accidente, y a poder ser con víctimas mortales. ¿Cuándo
aparece en programas que se nutren del morbo imágenes de una
carrera de coches? De nuevo únicamente cuando sucede un
accidente. ¿Se podría pensar en estos casos que las
televisiones tienen algo en contra de los aviones o de las
carreras de coches? Sería un poco absurdo. En la televisión
y más en concreto en programas videos y reportajes
“impactantes” se busca el morbo. Se llega a niveles que rayan
en el mal gusto, pero es que es eso lo que se busca. Si se
puede sacar una herida sangrante se sacará, si se puede
sacar un accidente desagradable, se sacará y si se puede
llegar a sacar un cuerpo desmembrado o un miembro amputado,
tampoco se tendrá el menor reparo en emitirlo. Es la cultura
televisiva que nos toca vivir.
También se puede optar por hacer de abogado del diablo y
excusar a las cadenas argumentando que sólo optan por sacar
lo que es noticia. Y en un festejo popular la noticia no es
que un concurso hay salido bien, a sus ojos, es que haya
habido una cogida. Que el Carnaval del Toro de
Ciudad Rodrigo se haya saldado sin percances tampoco lo
consideran noticia. La noticia es la cogida.
Hay que asumir como aficionados a los festejos populares
que, a día de hoy, cuando salga en las cadenas estatales
algo relacionado con los festejos populares, habrá muchas
opciones de que sea una tragedia. Y tampoco es necesario
echarse las manos a la cabeza ni pensar en extrañas
conspiraciones contra la fiesta. Si se quisiera atacar más a
la fiesta, y si fueran inteligentes, que no lo son, habría
muchos argumentos contra ella. Sólo con meterse un poco
en el mundillo se podrían destapar muchos asuntos turbios y
fraudes varios, como se demostró hace unos años en aquel
programa “Al Descubierto” de Antena 3, en el que participó
el ya desaparecido Don Alfonso Navalón, denunciando lo que
muchos aficionados saben. Hay que reflexionar, la cosa
podría ser mucho peor, hay muchas cosas de las que
avergonzarse.
Volviendo al tema de las cogidas parece ser que hay bastante
hipocresía en el “colectivo” de aficionados, pues es un
hecho probado que en las productoras de videos de festejos
populares, los vídeos más solicitados son los que son
únicamente de cogidas. ¿No se quiere que salgan a la luz
pública, pero en privado se consumen con avidez las cogidas?
Es duro decirlo, pero la esencia de los festejos en los que
se juegan toros o vacas, es poder salir mal parado. Nunca
ésta tradición hubiera llegado hasta nuestros días sin ese
componente de tener la opción de resultar herido, sin ser
necesario recurrir al “topicazo” de “jugarse la vida”,
aunque se pueda llegar a perder la misma en una fatalidad.
Es la esencia de la fiesta, no hay que equivocarse, es la
lucha de la inteligencia contra la fuerza del animal. Por
ello es incomparable a ninguna otra fiesta o tradición del
mundo. Las cogidas, con o sin cornada, son parte de nuestra
fiesta y además parte esencial. Si no existiera la
posibilidad de resultar herido, tendrían los festejos la
misma emoción que si saltara un carretón por la puerta de
toriles, es decir, ninguna en absoluto. Haría bastante
tiempo ya que se hubiera “cerrado el chiringuito”.
Sin emoción no hay festejo, toda la vida los aficionados han
ido a las plazas a emocionarse, ésta fiesta
está basada en la
emoción. A partir de ella viene el resto.
Víctor Manuel
Giménez Remón