Atrevido es escribir de algo que nunca se
ha visto en directo, y atrevido es también, escribir sobre
un sitio en el que no se ha estado nunca. Pero como un
servidor quiere creer que el mundo es de los que se
arriesgan, pues ahí va un atrevimiento. Escribir sobre
Cantavieja sin haber estado nunca.
Me acuso sin disimulo de lo que considero
un falta importante (no vayamos a ponernos dramáticos y lo
llamemos delito). Siendo un apasionado de los festejos
populares, no haber estado nunca en Cantavieja, es
una mancha. Mancha que habrá que tratar de limpiar en un
futuro. Prometo, que iré.
Cantavieja,
enclavado en la comarca del Maestrazgo, está en la
provincia de Teruel, lindando con la de Castellón. Precioso
enclave el que rodea a esta población, rico el Maestrazgo en
preciosas panorámicas y paisajes admirables. Aunque agreste,
la vista se puede recrear en estas montañas. Además, por las
fotografías de sus monumentos, se deduce que la visita
meramente turística, tiene que ser enriquecedora.
Ya van tres párrafos del artículo y aún
no hay apenas palabras para los festejos que se realizan en
la población, y a menos que la web cambie de temática, que
será difícil, toca hablar de los festejos taurinos que se
realizan en Cantavieja.
Por delante, Cantavieja tiene con un marco difícil de
igualar. Una plaza con mucho sabor. Una plaza para hacer las
vacas, preciosa. Una plaza con sabor antiguo, de las de
capea de toda la vida. Y lo que es más importante, una plaza
apropiada para que se luzcan las reses.
Cuenta con arena en el centro, rodeada de
un anillo de empedrado hasta las barreras. En un extremo,
porches tapados con bancos que sirven para lucir a las
reses, permitiéndoles saltar tras la presa, en el otro una
pared, que es donde se ubican los corrales. Y en los
laterales, a un lado escaleras y pilastras en las que las
reses se pueden empinar y rematar, y en el otro lado, los
porches tienen barrotes y barreras. La plaza además se
complementa con algún banco o tablao. Es algo puntual que no
la satura, dejando mucho espacio libre. Y parte del recinto
se cierra con vallado de madera muy apropiado.
Con ese marco, ya sólo queda hacer las cosas bien. Cuatro
palabras, que visto el panorama actual, son casi utópicas.
Hacer las cosas bien, parece ser que es poco menos que
encontrar el santo grial. Bueno, pues en Cantavieja se hacen
las cosas bien.
¿Qué hay que hacer para que los festejos
sean los mejores posibles? Que acudan las mejores ganaderías
del momento. Eso lo consigue Cantavieja, hace
atractivo el comparecer en su plaza. A las ganaderías les
interesa, e intentar ir a quedar lo mejor posible. Por eso
la lista de ganaderías que han acudido a esta población en
las últimas temporadas, es amplia y rica. Prácticamente
todas las ganaderías punteras de Navarra, Aragón
y Comunidad Valenciana, han pisado la plaza de
Cantavieja.
En lo que va de siglo, que impresiona más
que decir en los últimos siete años, han estado presentes
las siguientes ganaderías: Hermanos Orero “Lecris” de
Barracas (Castellón), Hermanos Murillo Conde de
Tauste (Zaragoza), Fernando Machancoses de Cheste
(Valencia), Germán Vidal de Cabanes (Castellón),
Hermanos Ozcoz de Fuentes de Ebro (Zaragoza), Enrique
Merino Gil de Marcilla (Navarra), Vicente Domínguez
de Funes (Navarra), Juan José Laparte de Marcilla
(Navarra), Hermanos Marcén de Villanueva de Gállego
(Zaragoza), Carlos Orient de Les Coves de Vinromá
(Castellón) y José Arriazu e Hijos de Ablitas
(Navarra), como las más destacadas entre las presentes. El
plantel es difícilmente superable.
Los ganaderos van como ellos estiman
oportuno, así tiene que ser. Que cada ganadero en su tarde
eche los animales que quiera, los tenga el tiempo que quiera
y haga la tarde como mejor crea conveniente. Ninguna
imposición. Después, ya juzgará el pueblo si les ha
parecido, bien, mal o regular.
La seña de
si ha gustado la actuación de un hierro es la repetición la
temporada siguiente. En Cantavieja, quien no ha
cumplido las expectativas, por la razón que fuere,
simplemente descansa, dejando paso a otros. Se demuestra que
no se le cierran las puertas, ya que podrá regresar en años
venideros. Modelo ideal, el que gusta repite, el que no
gusta, deja paso.
Y ahora viene una de las claves de que
esto se pueda llevar a cabo. Cantavieja paga bien.
Los que se lo merecen, cobran como hay que cobrar. No se
racanea, se reconoce la labor del ganadero serio. Así es
como se pueden confeccionar los carteles de la temporada.
Pagando bien, sin imposiciones y con una plaza apropiada
para el lucimiento de las reses. Normal que vayan las
mejores ganaderías, puesto que pueden elegir entre todo el
abanico de hierros dedicados a los festejos populares.
Además se le facilita la labor, en definitiva su
trabajo, con unos corrales bien preparados. Hechos pensando
en que el ganadero pueda trabajar bien en ellos. En
Cantavieja se piensa en el ganadero, que se encuentre a
gusto y pueda trabajar de la mejor manera posible.
Cantavieja
es ejemplo también, de una perfecta convivencia entre el
toro limpio o cerril y el ganado corrido. Hay sitio para
todo. Y en Cantavieja se conjuga de manera ideal. En
una tarde de vacas se suelta un toro limpio. Y cada cosa
tiene el protagonismo que merece, ni más ni menos.
Cantavieja
sin autoproclamarse nada, ni creerse el ombligo del mundo,
consigue a día de hoy programar, dentro de las plazas de
capea, la temporada más atractiva del panorama nacional. En
fin, que el mérito es enorme. Realizar hasta siete fiestas
al año con festejos taurinos. Y haciéndolos con ganaderías
de calidad, sin escatimar los recursos.
A final de temporada entregan sus premios
en la localidad. Y no son unos premios muy conocidos, ni
tienen mucha repercusión. Pero sí son unos premios
importantes de cara al aficionado. Que no se les presta la
atención de otros que no lo merecen, pues no pasa nada. En
Cantavieja tendrán la conciencia tranquila, porque
hacen las cosas bien.
Ah, y se me olvidaba, todos los festejos,
los presencia el público sin pagar entrada y teniendo menos
de mil habitantes, concretamente unos 750. Tomen nota los
mediáticos, miren a Cantavieja y aprendan, falta les
hace.
Víctor Manuel Giménez Remón