Media plaza, para el que es el concurso más importante de la
temporada, es un dato alarmante. Un concurso que siempre
había sido el de mayor afluencia de público, y que, no hace
tanto, se llenaba. Hay diferentes motivos por los que se ha
podido llegar a esto. Y se llega a dos alternativas, la postura
plañidera o la postura realista.
La postura plañidera es la que quiere acusar a todo lo que
esté alrededor. Cualquier cosa se considera un ataque. Claro, con
algunos aspectos se acierta. Si uno saca todos los números
de la lotería, toca seguro. Pero esa es una postura bastante
cómoda. El argumento más acertado podrá ser el de la falta
de afición con conocimientos, que explica casi todos los
males de la fiesta taurina. Si la hubiera, no habría una
mayor respuesta de público a los concursos de recorte
artístico, que a las anillas. Por lo menos, merecería un
empate, queriendo ser políticamente correcto. Sobre todo
habría que saber qué es lo tradicional de una zona, eso
debería ser lo que más aceptación tuviera.
Hay sitio para
todo, pero para todo es todo, no que lo que no es típico de
aquí, acabe quitando a lo arraigado. Con cultura taurina, no
pasaría esto.
Después están los argumentos vanos. Se apunta a que
retransmitir los festejos es contraproducente. Solo en un
mundillo con carencias intelectuales, se puede entender
esto. Se culpa a los ganaderos de que no se vean anillas,
cuando el problema mayor, es la falta de recortadores,
primero en cantidad, luego en calidad. Y también se puede
querer culpar a las fechas de los últimos Campeonatos
Nacionales. Sábados y primeros Domingos de feria, no son las
mejores opciones, está claro.
Pero es que si este
espectáculo tuviera fuerza, hubiera llenado de cualquier
manera.
Esta debe ser la
postura realista. La de que las anillas están perdiendo
tirón, además de por algunas "ayudas", por falta de interés.
Falta emoción y falta competitividad.
La realidad es esa, ir a buscar otras razones, es ser el
ciego que no quiere ver. Hay que
ponerse las pilas desde dentro y tener mucho más compromiso
durante toda la temporada. Tanto para prepararse,
como para actuar.
Ahora hay dos opciones, o quedarnos mirando y ver cómo
agoniza,
pudiendo encontrar en el paulatino descenso de público que
hubo en Castellón, llegando a desaparecer el concurso, gran similitud, aunque con la
diferencia de que ahí se hacían las cosas mal y en Zaragoza
bien,
o se puede intentar ayudar a revitalizar algo, que sigue
mereciendo la pena.
Para potenciar el concurso más importante del año, no hay
que inventar nada. Solo hay que saber cuales son los modelos
similares que nos podemos encontrar en la riquísima cultura
que hay a nivel mundial, de espectáculos relacionados con
los bovinos que trabajan a lo largo de toda su vida.
Veamos el ejemplo del rodeo americano. Ahí, todo el año hay
diferentes competiciones. Tanto toros como vaqueros, van
ganándose un lugar en su respectivo ranking. Todas las
temporadas se llega a las finales de la PBR (Profesional
Bull Riding) en Las Vegas. Ahí están los mejores vaqueros y
los mejores toros, según la clasificación. El sistema de
competición es muy justo. A lo largo de ocho días de
competición, en cada jornada, el primer clasificado elige
qué toro quiere montar, después elige el segundo, y así
sucesivamente. Esto nos lleva a un par de reflexiones. La
primera, que los mal pensados se equivocan al creer que el
primero tiene demasiada ventaja, por dos razones. Una que
los toros son los mejores de Estados Unidos y Canadá, es
decir, son todos buenísimos. Y dos, es que en las montas,
para ser válidas, primero tienen que estar los ocho segundos reglamentarios
sin tocar el suelo y sin que la mano libre toque al toro, y
después un jurado valora sobre cien puntos la actuación.
Pero de esos cien, cincuenta son por lo que hace el toro, y
cincuenta el vaquero. Es decir, de nada le serviría elegir
un toro fácil, conseguiría una mala puntuación. Y la
segunda reflexión, es que es positivo que quien ha sido el mejor todo
el año, tenga privilegios a la hora de disputar el título en
la gran final.
¿Se van encontrando similitudes? Los mejores
jinetes contra los mejores toros. Los mejores, tienen
privilegios, por lo hecho durante la temporada.
También existen otro tipo de rodeos en el continente
americano.
En México son los jaripeos,
ahí también, para las citas más importantes,
se enfrentan los mejores jinetes
contra los mejores toros. Muy lejos está de la estructura
estadounidense, pero también los formatos de competición, se
asemejan. En Brasil también existen competiciones de rodeo.
De hecho, bastantes vaqueros brasileños están triunfando en
el rodeo de Estados Unidos. Menos conocidas son otras
competiciones en países de América Central, pero también las
hay.
Volviendo a Europa, una vez más hay que ir a parar a
Francia, a la Corrida Landesa y a la Corrida Camarguesa. En
ambas disciplinas, a final de temporada se disputa el
Campeonato de Francia, que no tiene sede fija, no como en
las anillas que es La Misericordia. En la
Landesa, los mejores ecarteurs y sauteurs se clasifican para
disputarlo. Tienen que ir consiguiendo buenos resultados
todo el año, para poder estar en la cita. Ahí, se miden
a las mejores vacas. Se miden todos a todas las reses, lo
que sería una diferenciación con las anillas, en las que
solo se actúa ante una res. En la Camarguesa, tres cuartos
de lo mismo. Los mejores razeteurs, ante los mejores toros
de la temporada. Sean de la ganadería que sean.
En Las
Landas, los mejores, contra las mejores vacas. En La
Camarga, los mejores contra los mejores toros. ¿Ya se va
viendo por dónde van los tiros?
Volvemos a Zaragoza después de este paseo por el mundo y las
diferentes competiciones que hay con reses bovinas expertas
implicadas.
Se puede coger lo mejor de cada cuál, e
importarlo a las anillas. Con coherencia, está claro, hay
cosas que son inviables, pero otras muchas no, que le darían
otro aire, así como mayor valor al acontecimiento.
Zaragoza determina a los Campeones Nacionales, pues vamos a
hacerlo lo más justo posible. Y vamos a que La Misericordia
premie a los mejores de la temporada. Es decir, las doce
mejores parejas del año, ante las doce mejores vacas, sean
de la ganadería que sean.
Quién no vea que el formato actual está socarrado, en
cuestión de ganado actuante, está ciego. Por eso, la
alternativa de las doce mejores vacas de la temporada, le
daría un aire muy diferente. Sería el premio a las reses más
destacadas de los concursos, poder actuar en Zaragoza, algo
que hasta ahora, si no se pertenece a uno de los dos hierros
actuantes, era imposible.
Sería el nivel de ganado
inmejorable. Hasta hace poco, parecía que había un hierro
capacitado para echar las doce reses, ahora ya no. Así que,
en cuanto a ganado, esta sería la solución ideal.
¿Cómo determinar cuáles son las doce mejores vacas del año?
No cuesta mucho reunirse, una representación de las parejas,
la empresa que organice el Pilar y personas que sigan el
circuito de las anillas. Se elabora la lista de las más
destacadas (entendiendo destacadas por, a la vez que de un
juego lucido, complicadas y duras), y se contacta con los
respectivos ganaderos, para solicitarles las reses elegidas.
Siempre elaborando una lista, con orden de importancia y
eligiendo unas quince reses, en previsión de posibles
percances.
Con reunirse en torno a finales de Septiembre,
valdría.
En cuanto a las parejas, lo mismo. Tienen que ser las doce
mejores de la temporada en cuanto a resultados. Ahora bien,
siempre se puede ser flexible. Si en una de las mejores
parejas, uno de los dos sufre una lesión y no puede actuar,
se puede ser permisivo para que participe quién queda
suelto, y que no ha podido hacer resultado alguno hasta la
fecha con quien vaya a ser su pareja. Con casos similares,
tipo que haya un cambio de pareja, o una pareja tiene buenos
resultados, pero han empezado a finales de la temporada,
también se puede ser flexible.
En esa misma reunión en la
que se determinaran las vacas, se puede tratar esto.
¿Cómo determinar cuáles son las doce mejores parejas
del año?
Pues para esto, sí que los números no engañan. Aquí,
en esta web, hay una clasificación que computa todos los
concursos del año y sus resultados. Las doce mejores
parejas, serían las que estuvieran en los doce primeros
puestos, corriendo lugar, si alguno de los recortadores
estuviera repetido en un puesto superior. Y nuevamente, como
antes se ha dicho, con flexibilidad.
Todo esto, sería antes del concurso.
Una vez llegada la
fecha del Campeonato Nacional, podría retocarse para un
desarrollo mejor. Lo del rodeo, de poder seleccionar la res
a la que enfrentarse, eligiendo la primera pareja
clasificada en primer lugar, aunque sería lo más justo,
porque para eso se lo han ganado todo el año, no parece
importable todavía. Si las doce reses fueran muy similares, pues igual
sí, pero de momento, mientras los concursos sigan premiando
al que mete más anillas, no parece lo mejor.
Habrá que
seguir con un sorteo previo. Ahora bien, en lugar de
determinarse el orden del salida de las reses, por los
ganaderos, sería bueno que las parejas actuasen en orden
inverso a la clasificación de la temporada. Eso garantiza un
concurso de menos a más. Premia a las mejores parejas, a
salir al final del concurso, sabiendo, según se llega a los
últimos puestos, los resultados de los demás. Y claro, el
que quiera salir de los últimos, que se lo gane todo el año.
Bastantes competiciones deportivas utilizan la actuación en
orden inverso a la clasificación. ¿Alguien se imagina una
contrarreloj de un Tour, saliendo los corredores por sorteo?
Ya tendríamos a los mejores ante las mejores vacas.
Habría
que instituir, sin complejos, el premio a la mejor pareja y
a la mejor vaca. Sin complejos significa, bien gratificado
en lo que a los del pantalón blanco se refiere. Vamos que el
premio fuera muy tentador, para meterse con la vaca que el
azar depare, que pueda no ser una de las que hagan llegar a
los tres primeros puestos.
Si a todo esto le sumáramos una fecha mejor que la que tiene
desde 2005, podría verse un incremento de espectadores
importante. Sería mucho más atractivo. Y pensando, pensando,
todo el mundo coincide que la plaza, cuando más bonita está,
es cuando tiene la luz de los focos.
¿Y por qué no puede ser
que el Campeonato Nacional sea por la noche?
Todo esto, si se quisiera llevar a cabo, habría que
comunicarlo a los implicados ahora, cuando empieza la
temporada.
Así ya sabrán ganaderos y recortadores, lo que
tienen que hacer para ganarse su billete para Zaragoza.
Y fundamentalmente tiene que ser con voluntad por todas las
partes, porque sobre esta base, puede haber desarrollo y
aportaciones. La empresa, si es la de los dos últimos años,
tiene ganas de hacer las cosas bien y de no quedarse
anclada, buscando innovaciones. Para los ganaderos es un
buen escaparate, les interesa. También para los recortadores,
los cambios beneficiarían y deberían asumirlos para un buen
desarrollo. Solo quedaría arreglarse en lo económico, donde
también, por todas las partes, habría que poner buena
voluntad.
Sin inventar nada.