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 Historia de un concurso
 

Ay Pamplona, que vuelves a las andadas. Cuando se cambió de rumbo en 2009, todo parecía que iba a mejorar, y ahora los fantasmas del pasado vuelven a sobrevolar los sanfermines en la mañana de las anillas.

El detonante, que la mejor pareja de las últimas temporadas, llegue a negarse a participar, una vez sacada la papeleta en el sorteo. Eso es algo gordo, y algo que ya estaba olvidado. Algo pasaría para llegar a ese extremo.

Por delante, los hechos concretos de aquel momento. Manolo Pérez y Alejandro Cuairán, al sacar en el sorteo a la Nº 20 de Herederos de Ángel Macua, res con el hierro de “La Bomba”, deciden no participar en el concurso y se queda el festejo con once parejas. Ejercen un plante porque consideran que la vaca no es apropiada para un Concurso de Recortadores, por humillar. Eso fue lo sucedido.

La reflexión sobre el hecho, en lo que a la pareja respecta, es que el órdago fue muy grande, con el riesgo del gran perjuicio a su imagen. También parece evidente que los tiempos, no se gestionaron bien, porque el momento de quitarse del concurso, no debe ser nunca ese, tras sacar la papeleta. Había otras maneras, que tiempo antes podían arreglarlo, siempre dentro de esa misma mañana y ya en la plaza. Aunque resulta curioso que haya que apañar algo esa misma mañana... Lo acaecido anteriormente, es tema a tratar más adelante.

Siendo ese el momento, se deja la puerta abierta al pensamiento del enfado por pique, tras ver echadas por tierra las posibilidades de éxito. Dos cuestiones. ¿No podían haberse informado antes del sorteo de si esa res en cuestión estaba en el concurso? En caso de no corresponderles a ellos en el sorteo, ¿el plante hubiera sido el mismo? Y un apunte añadido, ¿se hubieran plantado otras parejas al corresponderles esa misma vaca? No se sabe, aunque no contarán las actitudes que no lo harían porque nunca se mojan en nada, lo que no es bueno para la unión entre los recortadores. Y aparece el componente de la dejadez del colectivo que no se echa las manos a la cabeza hasta que las cosas ya no tienen arreglo, siendo que con tiempo se podrían encauzar.

Sea como fuere, no participaron en uno de los concursos más importantes del año, por el marco en el que se disputa. Por nivel, lo triste es que es uno más. Y ahora viene la intrahistoria del caso. Lo que hubo por delante.

Este concurso, por momentos, estuvo en el aire. No se tenía claro que se fueran a hacer anillas este año en Pamplona. Se aducía a que no tenía rentabilidad. El tándem Ruedo Arte - Macua Corera, es el encargado de organizar el concurso las dos últimas temporadas. Pues nada, como ellos se juegan sus dineros, muy libres son de decidir lo que programan. Si lo de no hacer anillas era más un farol que otra cosa, queda a opinión de cada cual.

El caso es que al final, se programaron. Una vez planteadas, varias fueron las reuniones con los actuantes para atar los cabos propios de un concurso así. Dineros, condiciones y esas cosas en las que son los protagonistas los que deciden. Como en toda negociación cada cuál tiró para su lado, que es lo más natural.

Después, llegó el interés común de que todo fuera a salir bien. Y ahí se acercaron las posturas y se pidió ayuda en forma de opiniones e ideas. Al recortador le interesa que salga bien para levantar una plaza importante, y a la empresa que entre cuanta más gente posible mejor, además de que el que paga, salga contento.

Al margen del aspecto empresarial y económico, en el que entrar es atrevido y hay que dejarlo a quien regenta la organización, el tema fundamental a tratar fue el del ganado. Cambio de una ganadería por otra, y todo igual que el año anterior. Todo con la “Casta Navarra” que para eso se está en Pamplona. Pues tira, tira…

Ese está siendo el principal mal del Concurso de Recortadores de San Fermín. Solo en 2009 tuvo un plantel de reses digno para Pamplona, las ediciones de 2010 y 2011 han sido una colección de despropósitos ganaderos. Bastantes de los hierros que acuden con “coloradas” pasan por un bache profundo, como la procedencia en general, vamos. Así que airear las vergüenzas en un concurso así, no parece lo mejor para potenciar este encaste fundacional. Y siendo más retorcido aún, si ahora ya hay análisis que han determinado, qué reses son y cuáles no, ¿qué sentido tiene la denominación contando con reses que ya se sabe que no son? Antes había dudas de si podían ser, ahora ya hay certeza de que no. La denominación correcta debería ser Concurso de Recortadores con vacas que antes de los análisis se podía creer que eran de Casta Navarra. Queda un poco largo para el cartel, pero bueno es lo que más se ajusta a la realidad.

Los recortadores aportaron ideas para el concurso. También sugirieron el tipo de reses a lidiar, porque aunque sea triste tener que decirle a algunos ganaderos de toda la vida lo que es una vaca para anillas, la realidad es la que es. Y sin conocerlas en concreto, las peticiones, es de cajón pensar lo que se pudo pedir. Que las doce reses fueran lo más parejas posible en cuanto a comportamiento, y que fueran apropiadas para un Concurso de Recortadores. Vamos, lo obvio para que un concurso sea justo y por ende, interesante. No hace falta ser un lince para entender que eso significa, que ni haya novillas limpias mezcladas con reses fuertes, ni vacas con las cornamentas cornidelanteras o animales con embestidas humilladas. Porque de una vez por todas, les tendrá que entrar en la cabeza a los ganaderos y a los que tienen vacas, que para un Concurso de Recortadores, las vacas tienen que llevar la cara alta y tener los pitones apropiados para meter anillas. Ya vale de la estrategia de llevar reses que humillen o con las astas para delante, para que no se les metan los aros.

Si Ruedo Arte – Macua Corera, atendieron esas peticiones, que iban dirigidas a hacer un concurso bueno, quedó claro con las reses que saltaron a la arena. No se entiende muy bien, qué se le puede pasar a un ganadero por la cabeza para llevar una novilla limpia a Pamplona. Eso es cargarse un concurso. No vale el argumento de que se les pidiera eso. Y si así fuere, lo digno es quedarse en casa, no ser sumiso y que, a hacer de comparsa, vayan otros. Las tinieblas envuelven el concurso con situaciones así. Un hierro va siempre con todo y a los demás se les ve acudir con reses que no pegan ni con cola en una plaza así, otras se quedan marginadas en casa. Triunfo asegurado y a engordar el palmarés.

Esta fue la historia previa al concurso. A juicio de cada cual quedará pensar si la actitud de Manolo-Cuairán fue la correcta. Si Macua hizo bien como ganadero, pero además organizador, en llevar esa Nº 20 que está contrastada en la embestida humillada. Y si, que hubiera varias novillas limpias, hace un concurso bueno desde el punto de vista organizativo.

Y es que claro, ¿toda esta situación se hubiera dado en otro marco, otras circunstancias y otros protagonistas? Es aventurado decirlo, pero seguramente no. Cuando llueve sobre mojado, porque los feos hacia las anillas, primero en forma de aprovechamiento y luego en forma de ninguneo, si una gota colma el vaso, se llega a una situación así, que parecía impensable. Si a una empresa el cuerpo no le pide hacer anillas, se nota. Que si las hace es por interés o porque no le queda más remedio. Hacer las cosas a regañadientes, se refleja luego en el festejo. Y eso que todo recuerda a… Aunque se queda en el parece a… Porque los calcos en camisetas, músicas, puesta en escena y en prácticamente todo, ya son tan evidentes que no se pueden dejar de mencionar. Todo suma a la imagen, y cuando alguien copia todo, o es que reconoce la superioridad del que es copiado, o es que se anda ayuno de ideas. Decir que se es el número uno, copiando todo, sin estar en las mejores ferias y sin organizar los mejores festejos, delito no es, pero verdad, tampoco.

Si unos dan esa imagen y Manolo Pérez y Alejandro Cuairán no pueden ser sospechosos de nada por trayectoria, dando la cara con las vacas más fuertes del panorama, la cosa hace pensar. Y no se va a justificar la reacción de la pareja, porque ya se ha dicho que se equivocaron en el momento, y seguramente en las maneras, aunque en el fondo del asunto sí parece una postura respaldada por la rebelión a la injusticia y la reincidencia, que sirvió para alzar la voz, con valentía, ante lo que consideraron indebido. Había que saber todo lo demás, para poder opinar. Razones había, si merecían esa reacción, a opinión del lector de nuevo.

Si el puñetazo en la mesa de la pareja sirve para que los ganaderos se lo piensen dos veces antes de echar una vaca inapropiada para las anillas, bienvenido sea. Porque nadie podrá decir que se quitaron por lo “fuerte” de la res, lo que sería censurable y no tendría justificación posible. Se quitaron por otras razones y aún a sabiendas del perjuicio a su imagen. Puede ser que en el futuro tenga consecuencias positivas su acto, del que se beneficiarán el resto de recortadores.

Y Pamplona… Ay Pamplona… Va camino de rodar cuesta abajo cada vez más deprisa. No se llega a tocar fondo como con el esperpento de 2006 con el concurso internacional, pero el interés cada vez es menor. Aparecen similitudes en cuanto a ganado con la época pasada. Y encima ahora todo colorado.

Para el año que viene, sin cobrar por la idea, ahí va. 4, 8, 103, 117, 156, 169, 09, 923, 936, 128, 418 y 484.

Víctor Manuel Giménez Remón



    Página publicada en Zaragoza a 1 de Abril de 2006
    Responsable de la página: Víctor Manuel Giménez Remón
    Correo electrónico: festejos@festejospopulares.net