Festejos
populares capados
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El
que más chifle, capador. Frase muy castiza. El chiflido de Valencia ha sido para dejar sordo a
cualquiera. Así pues, Medetauro,
empresa organizadora de la feria de Fallas, capador.
Capar los festejos populares es quitarles su verdad. Y en
Valencia no hay verdad, ni ganas de que la haya. Hay ganas
de fiesta y del todo vale. Se
programan festejos populacheros y se aderezan con ambientes
alejados de cualquier liturgia taurina.
Si la empresa
adjudicataria tiene razones para seguir contando con esa
organización, y parece claramente que una de ellas no será
la calidad, no hay problema alguno. Si los réditos en
taquilla les convencen, parece que no mirarán mucho más y
que con su pan se lo coman. El
problema viene cuando lo que se hace en Valencia se va a ver
a nivel nacional con la retransmisión del Concurso de
Recortes. Ahora ya, lo visto en el Coso de la Calle
de Xátiva va a ser lo que se vea en el resto del territorio
nacional, como imagen de los festejos populares. Ya no va a
quedar la cosa en Valencia, ahora va a haber perjuicio a los
festejos populares en global.
Canal Plus Toros, el
primer canal temático de tauromaquia de la historia, ha
decidido abrir la puerta a los festejos populares. Ha
comenzado a retransmitir concursos. Eso es bueno, se
mire por donde se mire. Es el salto a darse a conocer a
nivel nacional. Aunque sea una cadena de pago, la difusión
es muy grande. Y es una cadena enfocada al público de las
corridas de toros. Ese público que quiere algo serio y con
una puesta en escena decorosa. Capítulo a parte merecería
entrar a valorar si ahora, hay festejos populares más serios
que la gran mayoría de corridas de toros.
La primera retransmisión
fue la del concurso de Castellón. Ahí bajo la denominación
de Semifinal del Campeonato de España (¿eso no es lo que se
celebra en Zaragoza hace treinta años?), se vio un concurso
que, al margen de si se vio con mejores o peores ojos
dependiendo de implicación, gustos y conocimientos,
la realidad es que fue irreprochable
en cuanto a seriedad y dar buena imagen, dentro de lo que es
la parcela organizativa. Eso es lo que hay que exportar,
algo serio.
Y claro, la lógica dice,
que lo que se va a empezar a retransmitir son Concursos de
Recortes de Toros. Normal, es lo más extendido ahora.
Ojalá en un futuro los primeros pasos
sirvan para asentarlo y que otras disciplinas del festejo
popular tengan cabida. Recordar, así como el que no
quiere la cosa, que las anillas son el origen de los
Concursos de Recortadores. No hay que dejar de meter estas
cuñas para no olvidarlo.
El festejo popular sigue
en evolucionando y dando pasos hacia algo mucho mejor de lo
que se tenía. Todo eso pasa por la seriedad. Si no la hay,
se seguirá en el sótano de la tauromaquia.
La esencia nunca
se debe perder, que no es incompatible con evolucionar. Y
hay abanicos muy amplios en esa evolución, manteniendo la
seriedad. Hay muchos palos por los que tirar. Desde la
guitarra flamenca, de la que a lo mejor hay que huir,
pasando por el rock de calidad, hasta la épica de bandas
sonoras. Todo es adaptable si se hace con buen gusto. Pero
el pachangueo, nunca. Eso pone esto enfocado a recortadores
"chonis". Llegar al circo no, es la muerte del festejo
popular tal y como se le conoce.
¿En serio los
recortadores pueden pedir ser comparados con toreros cuando
ni ellos mismos hacen un mínimo esfuerzo por parecerlo? ¿Eso es lo
que vamos a exportar a la televisión? Sin caer en
pensamientos arcaicos y trasnochados de pijerío adinerado,
habrá que vigilar la apariencia física. Si se ve la piel y
hay poco metal en el cuerpo, mejor. Si a eso se le añade que
la función del micrófono de este tipo de concursos ya se ha
convertido en un gritón adulador provocador de aplausos, se
haga lo que se haga en la suerte, pues hombre, toreros no
van a ser en la vida, que se les meta en la cabeza.
Los dos anteriores
párrafos están acentuados por lo que se vivió en la Capital
del Turia, o Guadalaviar en Teruel. Si
quien organiza, fomenta el show en su connotación más
peyorativa y quiere que eso sea así, vale más que no lo deje
televisar por el bien de todos los que quieren que progresen
los festejos populares. No llegar a saber copiar es
muy triste. Meten la pata hasta en lo que son planteamientos
atractivos. Tienen alguna idea buena y son incapaces de
desarrollarla bien. El camino fácil es hacerlo así. Igual
que en la telebasura.
A quien es inteligente y
entiende esto, no lo van a engañar lógicamente. Pero hay
tanta gente que no entiende y que tampoco son inteligentes,
que seguramente la retransmisión del concurso vía twitter,
les haría pensar que lo de Valencia era una maravilla.
Da vergüenza ajena ver los comentarios
comparándolos ahora con los vídeos. Tanto en la manera de
comentar, con un estilo difícil de entender, como en lo que
se decía. Por cierto, todavía nadie a este lado de
los pirineos sabe hacer el tirabuzón. Que se lo aprenda ya
todo el mundo. Mentir es pecado y mentir a conciencia es
asqueroso.
Que lo que se vaya a
televisar a nivel nacional tenga calidad, por favor, y sea
serio. Y si se quiere eso, hay que ir a parar a una sola
empresa. Es triste, pero es así.
Toropasión es muy bueno organizando, pero es que es el mejor
por sus méritos y por incomparecencia mental de la mayoría
de su competencia. Algún salvador iluminado hablará
de monopolio. Pues es lo que hay, que espabilen los demás.
Cada vez que se les deja demostrar lo que son capaces de
hacer, no dejan ver más que lo torpes que son. Algunas cosas
de las que se preparan son hasta golfadas.
Póngase en youtube "Dolçaina
Style" y "Me´n vaig a la Mascletà", que son dos vídeos de lo
más simpático y divertido, y piénsese si deben tener cabida
en una actuación durante un festejo taurino que pretenda ser
serio. Pues eso sucederá esta noche en Valencia. El Viernes
pasado salió un toro mediático cojo perdido y sin poder ya
con su vida, un actuante se subió a la última fila del
tendido a pedir aplausos. Qué cosas suceden xiquets...
¿Es muy dura la crítica
hecha? Ah, claro, falta un dato. El
toro de la final del concurso de ayer era un capón.
Nada más que añadir, señoría.
Víctor Manuel Giménez
Remón