El periodismo, profesión necesaria
en la sociedad, se entiende que ha de ser vocacional.
Cuando se tiene esa vocación, se debe asumir todo lo que
acarrea. En el momento que se decide ejercer el
periodismo, lo laboral debería quedar ya en segundo
puesto, como puesto más alto, en la escala de
prioridades. Como no se conoce caso alguno de amenazados
u obligados a ser periodista, no
debiera haber nadie ejerciendo tal labor, con las miras
puestas únicamente en un sueldo.
El periodismo no tendría que enfocarse como cualquier
trabajo se enfoca ahora, es decir, mantener el puesto y
siendo sumiso, para ser remunerado. Los costes éticos y
morales se obvian. El periodismo, tiene un código
deontológico, que no tiene valor alguno ya.
En una sociedad que hace tiempo
perdió los valores de la honestidad y el rigor, el
periodismo debería ser un reducto de ética y honradez.
Tristemente no lo es. Todo esto, para los que no
están puestos en la materia, se podría resumir en algo
muy simple: contar o decir la verdad.
¿Qué es la verdad? Atendiendo a
los hechos, la verdad es lo que ha sucedido. ¿Tan
difícil de entender es? ¿Cómo se puede saber algo que no
se ha presenciado? Informándose. ¿Cómo se informa
alguien? Preguntando y
contrastando. Solo así se puede ejercer una labor
informativa con rigor.
En nuestros días, encontrar información rigurosa, se
hace harto complicado. A tal conclusión se llega por el
siguiente motivo: cuando uno conoce algo que ha sucedido
de primera mano y ve cómo un medio informativo lo cuenta
como no es. ¿Por qué se han de
creer el resto de noticias que uno no conoce de cerca?
Si en lo conocido se descubre la mentira, qué no pasará
en lo desconocido. Es un serio acto de fe creer algo de
quien ya ha sido pillado mintiendo.
Se ha roto la línea entre el
entretenimiento y la información, prevaleciendo la
rentabilidad por encima de la veracidad.
¿Por qué se miente entonces? Diversas razones se puede
deducir que habrá. Por vagancia, por ser sumiso, por ser
estúpido o por haber mala intención. Cuatro razones que
podrían llegar a tener pase, tristemente, en otro
trabajo, pero en el periodismo no.
La honradez e inteligencia debieran ser la cura de las
cuatro razones. No es habitual encontrarse con
periodistas honrados. Porque mentir por cualquiera de
las cuatro razones, hace que se pierda la honradez, y
detrás de ella, la credibilidad.
En el momento en que se anteponen los intereses, bien
sea económicos, bien sea ideológicos, del negocio, a la
información, desaparece el periodismo.
Si importa más vender el producto
o ser siervo de intereses, que contar la verdad, ¿qué
queda de la vocación periodística?
Todo esto viene por lo sucedido hace pocos días.
Una vaca de Marqués de Saka, a la
que pegó otra res, escapó de los cercados y llegó hasta
la autopista. Ahí, la Ertzaintza paró el tráfico
e intentó solucionar el grave problema. El ganadero,
Asier Arrizabalaga, se personó in
situ y, siendo consultado, estuvo de acuerdo en abatir
al animal. Después de algún disparo sin éxito, la
vaca huyó. Con el coche patrulla se fue detrás de ella,
embistiéndola hasta hacerla caer.
Una vez derribada, el propio ganadero se encargó de
coger a la res, en solitario primero, llegando
después, ayuda de los presentes. Se llevó un camión de
la ganadería hasta el lugar y se cargó a la res en él.
Se la llevó de vuelta a la finca. El resultado final fue
que, por fortuna, la peripecia se saldó sin ningún
accidente. Ninguna persona resultó
herida y la vaca volvió ilesa a su lugar de origen.
Exactamente esto fue lo sucedido.
Ahora, veamos lo publicado por una cadena nacional,
concretamente "Cuatro". El titular en su web reza:"Persecución
a un ternero en un túnel en Guipúzcoa".
Y el desarrollo es el siguiente: "Y
este incidente con otro becerro ocurrió el viernes en la
A-8 a la altura de Deba, en Guipúzcoa. La Ertzaintza,
tras cortar la circulación, persiguió hasta este túnel
al animal que había escapado de una finca cercana. Allí,
como han visto, el vehículo lo embistió para detenerlo.
En el impacto, el animal resultó
herido y tuvo que ser sacrificado allí mismo".
Adjuntaba la noticia un vídeo grabado por una persona
que estaba dentro de uno de los coches detenidos. Que,
dicho sea de paso, no habla muy bien del periodismo
actual, usar como información cualquier cosa que
publique quien sea. ¿En qué se
parece lo publicado con lo que pasó realmente? Error
de vista, por delante. Y es que un becerro o ternero, se
diferencia claramente de una vaca, máxime si es de
lidia. ¿Cómo se puede decir que
fue sacrificado el animal? A menos que en Saka
sepan resucitar a sus reses, en cuyo caso lo habrían
hecho con unas cuántas ya, eso es falso. Porque la vaca
está viva y coleando.
La cadena, por lo visto, hizo una llamada, le dieron una
versión y le valió para hacerla pública. Dieron por
bueno lo que les contaron, y en vez de curarse en salud
y comenzar con: según tal... Publicaron como verdad algo
falso. ¿Cuál de los cuatro
supuestos anteriormente citados se dará en este caso en
concreto? Puede ser por vagancia, al encontrar
algo impactante y hacerlo noticia rápidamente, sin
molestarse en buscar contrastarlo. Puede ser la
sumisión, de tener alguien por encima que dicte que la
línea editorial ha de ser el animalismo o simplemente ir
en contra porque es aparentemente de una mayor
corrección política, porque es "guay" estar contra lo
taurino y "mola". Puede ser la estupidez, cuántos con su
título de periodismo, ensucian a tan bonita y
apasionante vocación. O puede ser manipulación
directamente para conseguir un mayor número de
televidentes, visitantes web, seguidores u oyentes.
Que la verdad no les estropeara
una buena noticia.
Un médico puede perder su licencia en caso de mala
praxis. Debería suceder lo mismo
con el periodismo. En caso de que se demostrara una
mentira, ese periodista tendría que ser sancionado.
Y si la gravedad del caso lo requiriera, que tuviera que
dejar de ejercer.
¿Rectificará ahora la cadena, tras ponerse en contacto
la ganadería con ellos y ofrecerles grabar a la vaca en
la finca? Si no lo hacen, ¿podremos creer sin
reticencias algo en los informativos de esa cadena? Y
ahora ha sido esta (que rima con una cadena verde a la
que le encanta aprovechar que el Pisuerga pasa por
Valladolid, para pegar algún puyazo a lo que huela a
taurino a base de manipulación), pero es que son todas.
Cuando tratan noticias taurinas no hay rigor. Pero es
que cuando son de otros temas, que podrían llamarse "de
relleno", es de suponer que pasará tres cuartos de lo
mismo. Da miedo pensar que con noticias importantes, el
rigor sea el mismo.
A raíz de esto, la ganadería de Marqués de Saka está
viendo cómo le cae un bombardeo de insultos, amenazas y
hasta deseos de muerte. Gracias a
publicar una noticia falsa, están padeciendo el ataque
de los guardianes que custodian la moral. De los que
dicen cómo deben vivir a quienes no piensan como ellos.
Seguramente, aún publicándose la verdad, hubieran
recibido ese tipo de comentarios, pero obviamente, en
menor medida. Esa verdad, a los intolerantes radicales
que defienden a los animales por encima de cualquier
otra cosa en el planeta tierra, también les parece mal,
porque no van a consentir que una familia se gane el
pan, criando reses de lidia para soltarlas en festejos
populares taurinos que son, además de arriagados, le-ga-les.
La gran mayoría de ellos aplaudirá una competición de
agility canino, con alguno de los participantes
castrado, pero detestará que una vaca suba por una
pirámide.
Al parecer, para esa gente, lo prioritario será que la
vaca resulte sana y salva, pero no
les preocupa en absoluto lo que pudiera pasarle a los
ocupantes de los vehículos que se toparan con una vaca
en medio de una autopista. Si un autobús de
escolares de excursión, tuviera un accidente por ello,
¿habría que abatir a la vaca o no? Si por contra es un
camión cargado de cachorrillos adorables, ¿se dispara?
¿Vale más la vida de la vaca o la de los achuchables
perricos? ¿Y si es un camión de cerdos que va al
matadero? Si es de toros de lidia no hay duda, claro. Y
si es un coche que conduzca un cazador, merece morir.
Esta sociedad o, por lo menos, los
que más ruido hacen, ha tomado deriva hacia ser
gilipollas profunda. A los bichos recién nacidos
se les llama bebés, de las hembras animales se dice que
están embarazadas e intentar salvar vidas humanas
abatiendo a una vaca, se considera un acto de brutalidad
policial. Pues no, a una vaca, si va a poner en peligro
vidas humanas, hay que reducirla, disparándole si no
queda más remedio. Y a los ñoños,
habrá que decirles que la realidad es que los bichos
recién nacidos son crías, corderos, lechones, potros,
terneros, pollos, cachorros o lo que sea, pero nunca
bebés. Y las hembras se quedan preñadas, porque
embarazadas solo se quedan las mujeres. Los animales son
animales y las personas son personas.
PD: Visto el vídeo, solo se han quedado las protestas en
lo evidente, en el atropello de una vaca. Servidor ha
percibido una imagen dantesca en el mismo vídeo y nadie
pone el grito en el cielo. Si se observa con
detenimiento, se puede ver cómo, en el frontal del coche
patrulla de la ertzaintza, hay miles de mosquitos
muertos, atropellados de manera indiscriminada. Los insectos son tan animales como la vaca.
Oremos por sus almas y decretemos tres días de luto.