Ya pasado un año, toca contarlo. A finales de Noviembre de 2022 empezó a circular vía whats app un borrador del proyecto que iba a modificar el reglamento de festejos populares de Aragón. Ese borrador no vio la luz públicamente, pero sirvió como detonante. Como aquello era confidencial, no se desvelará aquí quién fue la persona que me lo hizo llegar.
Ahí aparecían disparates tremendos. De hecho suponía el fin de los festejos populares en Aragón tal y como los conocemos. Había restricciones de edad y peso para los animales y prohibiciones. Esto venía de Julio de 2022. Se sometió a información pública el que iba a haber un proyecto de modificación del reglamento. En ese verano, pocos se enterarían de aquello, servidor el primero. No se le dio mucho bombo. No habla bien del sector haber estado a por uvas hasta que se filtrara ese primer borrador en Noviembre. Y aún así, entonces, muchos seguían con las uvas. Hasta nochevieja hubieran seguido con ellas...
Leído ese borrador, mitad con cara de estupor por creer que no podía ser verdad, mitad con miedo porque aquello fuera a salir adelante, la primera persona que vino a la cabeza para comentárselo fue David Gracia. David, es quien ha sido, junto a su familia, el empresario de la Plaza de Toros de Teruel durante los últimos años. Pero David, fundamentalmente es aficionado, antes que profesional taurino y empresario. Lleva muchos años con inquietud, luchando y trabajando por mejorar el reglamento y los festejos en Aragón. Estuvo a la cabeza en la reivindicación en la Plaza de Toros de Zaragoza que pedía que pudieran participar los menores de 16 años en los festejos. Y a partir de entonces, comenzó un viaje a Teruel. Pero no solo físico, que también, si no un viaje taurino.
David empezó a ponerse en contacto con las asociaciones y peñas taurinas de Teruel. La gran mayoría de ellas son organizadoras de festejos populares. Se preparó un grupo de whats app con un nutrido grupo de representantes de asociaciones turolenses además de gente vinculada al mundillo. Con alguno como José Silvestre, que por encima de todo también es aficionado y con una manera de entender esto moderna y fresca, la relación es de hace años. Discrepancias al margen, en este caso había unión por sentido común, porque lo que une es mucho más amplio que lo que distancia. En aquel grupo, creado el 4 de Diciembre, estábamos dos invitados de la provincia de Zaragoza.
Se montó un equipo de trabajo en el que hubo muchas aportaciones. Unos más activos, otros menos. Todos apoyando y conformando un bloque muy potente en cuanto a cantidad y calidad. Con una videollamada grupal se sacó un texto consensuado. Se señalaba lo que no se estaba de acuerdo, se argumentaba el por qué y se aportaba alternativa. Todo bien explicado, con coherencia, con sentido común y sin pedir imposibles aunque, obviamente, manteniendo firmes las convicciones y reivindicándolas.
El primer trabajo estaba hecho. Objetivamente era bueno, estaba bien elaborado. Pero si eso no llegaba a las manos correctas, de nada iba a servir. Presentarlo en el registro como alegaciones, seguramente no sería suficiente. La llave la tuvo David, que consiguió una reunión presencial en Teruel con Doña Mayte Pérez, Consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón y Doña Carmen Sánchez, Directora General de Interior y Protección Civil del Gobierno de Aragón. Ese era el día D y la hora H. Fue el 9 de Diciembre. Aquello se hizo público. A algunos chirrió, a otros los puso celosos, a otros los alteraría ver según qué caras. Seis estuvimos ahí. Había camisetas, había jerseys y había sudaderas. Lejos del estereotipo que otorga esta sociedad de casillas y militancias radicales. Cierto es que el festejo popular es mucho más complicado de encasillar.
La reunión fue muy fructífera. Se pudo exponer todo lo que se quería, se argumentó, se debatió y se propuso. Se tuvo claro que a esa reunión no había que ir a vencer, había que ir a convencer. Sin reblar pero desde la sensatez. Se evidenció que el borrador era un copia y pega, hecho por algún funcionario, con retales de otros reglamentos autonómicos. Y a partir de ahí nos escucharon, nos prestaron atención y mostraron interés en todas las propuestas. Sí, sí, en todas. De ahí salimos muy contentos.
Habían tenido alguna reunión antes, y más iban a tener a posteriori, con diferentes colectivos del sector y con profesionales que viven de ello. También iban a escuchar a la comisión consultiva, faltaría más. Aunque desde fuera haya la sensación (equivocada o no) de que no se le saque el jugo que se debiera a un órgano como ese. Viene a la cabeza también la "Mesa del sector taurino de Aragón", que no se sabe si le queda alguna pata y si alguna vez consiguió algo, pese a que hubiera dentro de ella gente con buena intención y ganas de trabajar.
Seis días después de esa reunión apareció publicado en el BOA (Boletín Oficial de Aragón), el borrador de proyecto de modificación del reglamento. Sorpresa y alegría mayúscula al ver que todo lo propuesto había sido incluido, además de que todo lo que se pidió que se eliminara, había desaparecido. Las únicas discrepancias, aunque importantes, aparecían en el tema de la cobertura sanitaria de los festejos y los gastos de hospitalización.
En ese primer borrador desaparecía la obligatoriedad de probar la tradición en la localidad para poder realizar cualquier tipo de festejo. Se recogían todos los tipos de festejos que se realizan en el territorio aragonés (salvo la suelta del toro cerril). Y, el mayor avance, es que se recogían los festejos de promoción sin límite de edad. Un tramo para los chavales de hasta catorce años y otro para los de catorce a dieciséis. Cada uno con edad de las reses delimitada.
Hace años se intentó que pudieran participar menores de dieciséis años. Se propusieron dos tramos, de doce a catorce y de catorce a dieciséis. En aquel momento se boicoteó aquello por fuego amigo, pero con escaso conocimiento del festejo popular. Aquello se quedó en un cajón y hasta hoy. Gobernaban otros distintos, por cierto. Ahora había intención previa en que pudieran participar los chavales de catorce años en adelante. Pero, ¿por qué no ser ambiciosos? ¿Por qué nadie proponía el modelo de Euskadi o de La Rioja? Proponiéndolo, razonándolo y justificándolo se pudo convencer. Y ahí estaba, en un documento oficial del Gobierno de Aragón.
Pasó el tiempo y se presentaron las alegaciones correspondientes. Se presentaron en el registro, firmadas por las Asociaciones Taurinas de Teruel (más de 30 que representan a casi 4.000 socios). No eran muchas las pegas, pero necesarias. La mayor incidencia era en el tema sanitario. Mientras tanto, el contacto directo se mantenía. Los plazos se iban alargando, lo que provocaba inquietud. Lo que iba a ser una modificación que viera la luz a finales de Febrero, empezó a retrasarse. Sobrevolaban los fantasmas del pasado. Daba miedo pensar que una oportunidad única se podía desaprovechar.
Se publicó en Febrero lo que podía ser el texto definitivo. Poco que decir salvo, que seguía habiendo problemas con las coberturas sanitarias. Tanto en el dispositivo necesario, como en cubrir los gastos hospitalarios de los heridos. Chirrió una cosa. Alguna mente iluminada, por el medio, metió el morro y creyó que no se debían denominar Concursos de Recortadores y sí concursos de anillas. Manda narices. La denominación correcta es la que figuraba, no la que luego se corrigió. Ya puestos, si no le parecía bien esa denominación a quien fuera (que servidor desconoce quién fue), que hubiera trabajado en redactar de nuevo todo lo referente a los tipos de festejos. No solo cometer la gilipollez de cambiar eso, para además hacerlo mal.
Con más contactos por el medio, llegó el tan esperado momento. El 17 de Mayo, con el gobierno ya en funciones, se aprobaba el proyecto de modificación del reglamento, para publicarse el 25 de Mayo en el BOA. La satisfacción, enorme. Se habían conseguido avances muy importantes. Siempre querremos más, pero hay que ser sensatos. No es lo mismo el ideal que cada uno tenga, como aficionado, de los festejos, en el que servidor pondría arena en todas las superficies y dejaría ir a las reses en puntas, que legislar cuando se tiene responsabilidad. Entonces la cosa cambia, y mucho. Se recibe la bienvenida al mundo real. El político tiene que rendir cuentas. Por ello debe asegurarse de que lo que aprueba no tiene fisuras. También sabe que desde coordenadas opuestas le esperan con la escopeta cargada, aunque sean aliados de gobierno.
Todo lo que se propuso se hizo desde la ilusión del aficionado, pero sin intentar que nadie pierda de sus derechos adquiridos. En muchos aspectos se quiso hacer ver que se iba a regular lo que ya pasaba. Adaptar el reglamento al día a día del festejo popular. Se fue al limbo el festejo mixto, que a nivel organizativo podía facilitar mucho las cosas a quienes preparan festejos así. Y eso no pretendía chocar con los profesionales taurinos, ni lo hubiera hecho.
No han sido pocas las veces que quien escribe ha sido criticado por defender los derechos de los profesionales taurinos. A ellos los ampara la ley y un convenio. Lo que ahora hacen es una concesión. Que podrá parecer mejor o peor, pero que como toda opinión, en contraposición a la legalidad, es irrelevante. Seguramente hay sistemas más lógicos para remunerar a los profesionales. Parecería tener más sentido cobrar por sesión, tipo de festejo y duración, todo tarifado sin túneles, pero acorde a la realidad. Y a partir de ahí, obviamente exigir. Porque de la misma manera que hay profesionales taurinos en Aragón de quitarse el sombrero, todos sabemos que también los hay que no ejercen correctamente su labor. Desde los que no saben o no se atreven a dar capa a una vaca corrida, hasta los que hacen lo posible por no estar cerca de la acción en una calle. Respetos máximos a los primeros. Y a los segundos, si se quedan en casa, mejor. Esperemos que su falta de profesionalidad no haga tener que lamentar una tragedia. O se está o no se está.
Y aquí viene una de las importantes carencias del reglamento. No existe un régimen sancionador, al menos que acompañe al reglamento. Si usted no cumple con sus obligaciones, sanción. Todos los que el reglamento obliga su concurso, deben estar expuestos a una sanción en caso de que se salten la normativa. Organizadores, ganaderos, profesionales. Todos. Ahora el reglamento obliga a la instalación de corrales. Quien no tenga corrales, sanción. Si un director de lidia se inhibe de sus funciones, sanción. Los obstáculos deben estar certificados, si no lo están, sanción. Si un médico no está a la hora prevista, sanción. Y así con todo lo que no se cumpliera del reglamento. Porque si se hace un reglamento, será para cumplirlo. Aquí nos conocemos todos y sabemos dónde no se cumplen determinadas cosas. A ver si ya desaparece la bandera pirata. Trabajo para la policía autonómica en sus inspecciones.
Otro aspecto positivo es que se incluyen nuevos miembros en la comisión consultiva. Tres miembros de asociaciones de aficionados y un miembro de las empresas dedicadas a los festejos populares. Por cierto, meses después, ¿quiénes van a ser? Esperemos que se les incluya en la próxima reunión de la comisión consultiva. Ese órgano, estando vivo, es el que puede hacer que se pulan detalles del reglamento. Pero claro, con trabajo. Por fin las asociaciones de aficionados tendrán representación, porque hasta ahora era una única persona la que representaba a los aficionados, que causaba rubor.
Los datos objetivos de festejos en Aragón hablan de más de 2.500 festejos populares y poco más de 50 festejos con muerte. Así pues, está claro qué es lo que debe tener más peso. Por ello, los representantes de las asociaciones deberán ser fundamentalmente del festejo popular. Y ahí, no quedará otra que mirar a la provincia de Teruel. Esa provincia que taurinamente está olvidada desde Zaragoza. Hay muchas más asociaciones en la provincia turolense que en la zaragozana, siendo que tiene muchísima menos población. Asociaciones que con sus perricas se costean los festejos. Representan a una gran masa social. Y se mueven.
Los que vieron más problemas que oportunidades, no se alcanza a saber qué querrían. Los que han querido poner zancadillas, qué inoportunos y egoístas. Como los que aprovechando que el Ebro pasa por Aragón, hayan querido arrimar el ascua a su sardina. Para las guerras civiles, mejor otros campos de batalla. Y las autocondecoraciones que ha habido y habrá, hilarantes. Especialmente para los que en sus dispositivos tengan algunos documentos y textos...
Toca ahora saber aprovecharlo. Especialmente los festejos para los niños. Primero, concienciarse de que una cosa serán esos festejos para los niños y otra las becerradas para todo el mundo. Vamos a ser inteligentes y profesionales y no dejar de hacerlos porque lleven más trámites. Si esto viene a regular lo que ya pasaba, aprovechémoslo. Esos festejos son el mejor fomento posible y de momento, en 2023, muy pocos. Colaboren los ganaderos sabiendo lo que hay que echar. A esos festejos, ya que marca el reglamento que no pueden salir los mayores, hay que echar animales pequeños. El reglamento permite hasta dieciocho meses. Si se puso hasta esa edad, es para poder echar una res con más aguante a la soga turolense por ejemplo. Pero echar un animal de dieciséis meses bien comido a sueltas donde haya niños en plaza, no tiene sentido alguno. Si hacemos eso, nos lo cargamos. Miremos a cómo lo han hecho Euskadi y La Rioja.
Al final, los hechos objetivos nos dicen que, la anterior intentona de modificación del reglamento en Mayo de 2015, se quedó en agua de borrajas y que, ahora, la gran mejora del mismo (en tiempos en los que suelen ir a peor), ha venido en Mayo de 2023. A más de uno, cuando vea qué partidos gobernaban en la legislatura de 2011 a 2015 y cuáles en la de 2019 a 2023, le puede explotar la cabeza. Tanto de una tendencia política como de otra. Enhorabuena a los políticos que lo han sacado adelante. Felicitaciones por su valentía, su falta de complejos y reconocer la realidad de la comunidad aragonesa. El preámbulo del decreto, es para enmarcar. Ahora Aragón tiene un reglamento que es envidiado, es un referente. Enhorabuena y gracias a Mayte Pérez en particular.
Con visita a la ciudad mudéjar, con tropecientos mensajes de whats app, videollamadas y minutos y minutos de conversaciones telefónicas, merecía ser contado este viaje a Teruel. Un viaje que hubiera sido imposible sin David Gracia. Ha sido un placer.
Víctor Manuel Giménez Remón