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Es el segundo año que está. En Castellón no lució, mitad por
poderse lastimar en el callejón, mitad porque la echaron
abajo.
Por contra, en Zaragoza sí lució. Le hicieron todo a pedir
de boca, para ella, claro. Recortes largos y poderosos que
invitaron a la vaca a estirarse y cruzarse.
Es de las más complicadas del circuito. Su embestida y la
fuerza con la que entra, unidas a sus cruzadas, la hacen muy
difícil. Además, si tiene oportunidad, se va arriba. Va a
mejor, olvidándose, casi por completo, de los desmanes de
irse suelta.
En cuatro concursos, solo se le ha podido meter una anilla. |
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