Domingo 12 de Marzo a
las 11 y media de la mañana
Concurso de Recortes con
Toros de la ganadería de CARMEN BORRERO
DE CALLE
Todos sabemos que los festejos taurinos populares de las
Fallas valencianas no son precisamente de calle, son de
plaza, de la plaza de la calle de Xàtiva; en cambio,
en esta edición del concurso de recortadores con toros si
hubieron un par de cosas que podríamos considerar que fueron
puras, al cien por cien, de calle: en primer lugar el
triunfo de César Palacios, y en segundo lugar los toros,
indignos de una plaza de primera.
Presentación de los participantes. Se puede observar
la gran entrada
Ramón Bellver "El Blanco" lesionado, salió a saludar
emocionado
Como decimos, el triunfo del recortador de
Almazora fue de calle. Y es que al menos de calle,
son casi todas sus actuaciones en las plazas levantinas.
Tampoco es descabellado decir que también es cierto que ésta
vez lo tuvo más fácil que nunca… si puede considerarse fácil
enfrentarse a un toro en una plaza a rebosar como la de
Valencia. Simplemente no hubo competencia; no hubo la
competencia que en cualquier otra plaza se habría dado
seguro, aún sin cambiar absolutamente nada de las
actuaciones. Jugar en casa en estos casos también pesa
mucho. Tan cuadrado parecía todo, que muchos ya teníamos
claro al encerrarse el toro de la final que el ganador iba a
ser César Palacios, tanto como que seguidamente iban a estar
Sergio Delgado y Rubén Palomino, estos dos últimos
indistintamente en segundo o tercer lugar. Finalmente, hasta
en eso, la plaza de Valencia tuvo que ser la de Valencia,
colándose “El Rata” en el tercer puesto no se sabe a santo
de qué.
Recorte de Rubén Palomino
Los toros… ¡qué toros!. Afeitado eran sus nombres. Pues
eso, de calle, toros propios de cualquier festejo de
calle: desechos de tienta y defectuosos. Impropios
del espectáculo e impropio para un plaza que, se sabía, iba
a llenarse. Ni la subida de nada más ni nada menos que de en
un veinte por ciento del precio de las entradas respecto a
otros años, sirvió para hacer recapacitar a la organización
de que esa corrida de afeitados con guarismos 0 y 1 era para
la mismísima basura. Simple y claro. Así, que por muy
ajandillados que fueran los de Carmen Borrero, nadie pudo
evitar los parones de los toros; el que se acularan a tablas
muchas veces; el que se resabiaran; que acusaran fuertemente
las querencias y sacaran algunos pitos en ciertas fases del
concurso. Eso sí, jamás los pitaron por afeitados e
impresentables, que era lo mínimo, especialmente el cuarto.
Los sospechosos pitones
Las rondas preliminares no trajeron muchas sorpresas, ni
mucha euforia. Nos sigue dando la impresión que a los
jurados les pesan mucho los nombres. Del grupo de Palomino,
aunque estuvo francamente bien en la final, mucho más
compuesto y ajustado, no hay que ocultar que cualquiera
podría haber pasado de la ronda clasificatoria. Del tercer
grupo, del pasó que “El Rata”, cualquiera se lo mereció más,
sobre todo porque ya es llamativo que en las normas del
concurso se especifique que no se tendrá en cuenta un solo
recorte, sino todo el conjunto de la actuación de cada
recortador, y, que sepamos, “El Rata”, a parte de un quiebro
de rodillas en el que sí expuso mucho y se la jugó, no hizo
absolutamente nada; es más, al igual que en otras ediciones,
demostró que fuera de ese cartucho de los quiebros de
rodillas, no tiene absolutamente ninguna otra pólvora que
quemar. Del cuarto y quinto grupo lo dicho, pesaron los
nombres porque nadie hizo una actuación de quitarse el
sombrero, excepto lo impolutamente perfecto de siempre por
parte de Sergio Delgado.
Recorte de Sergio Delgado
Así se llegó a la final, una final que de nuevo se
empeñaron en agrandar metiendo a un innecesario mejor
segundo. No es que “El Chato”, el que se ganó ese puesto, no
pudiera merecerlo, no es por abordar un nombre, es que es
totalmente innecesario tener que meter seis tíos en una
final con esos toros deplorables y, sobre todo, cuando en
mil y una ediciones se ha demostrado lo “peligroso” que es
el over booking en los concursos de recortadores.
Y la final, fue la final de Valencia, ganó Palacios y
dejaron fuera del tercer puesto a Palomino por un David
Sánchez que, como Javier Conde, a falta de recursos,
reinventó el pase de la codorniz para la modalidad recortes…
¿o era el de la perdiz?.
Quiebro trompicado de César Palacios
Resultado
del concurso
1º: César
Palacios de Almazora (Castellón)
2º: Sergio Delgado de Chinchón (Madrid)
3º: David Sánchez "El Rata" de Burriana
(Castellón)
4º: Rubén Palomino de Cuenca
5º: David Gascueña "El Chato" de Morata
de Tajuña (Madrid)
6º: Marco Teijón de Parla (Madrid)
Mejor salto: Marco Teijón de Parla
(Madrid)
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César Palacios recogiendo el trofeo de manos del
ganadero Victorino Martín
Crónica: Antonio Mechó -
http://www.criticastaurinas.net
Fotografías: J.J. Toledo -
http://www.palanciataurina.com