Que esta res lleve por nombre "Maravillas", habrá que suponer que sea por reata, no por comportamiento. Las suposiciones se acaban cuando se intentan adivinar los motivos por los que saltó a la arena de Funes para las anillas. Pitón poco apropiado, por no decir nada, para las anillas y comportamiento manso y deslucido, contrastado. ¿Por qué salió al concurso?
Si una vaca mansea habitualmente en los festejos en los que comparece, puede valer para hacer la fiesta en una capea y saltar al callejón, que es signo de mansedumbre si se hace en repetidas ocasiones y sin ir detrás de nadie. Una vaca así, lógicamente, en las anillas, va a cantar por soleares. Y claro, pasó lo que tenía que pasar.
Salió a su aire, distraída y sin querer centrarse. Sin dejarse colocar bien por irse suelta. Complicada de entender y más complicada aún de explotar. Como guinda al pastel, se cruzó en el recorte. Un regalo.
Tiró Héctor con voluntad y bastante tuvo con pasarla. Javi al segundo no podía entrar, peligro y grande. Al revolverse al revés la vaca por querer irse, lo pillaba a contrapié a mitad de arrancada. Tan sólo pudo entrar una vez el de Castiliscar, pero de manera oportunísima. En una cruzada importante, Héctor casi no pasa y se la quitó perfectamente su compañero  echándose a la cara de la de Domínguez.
Poco más pudo hacer una pareja con poca experiencia con semejante material. Vaca totalmente deslucida, sin querer pelea y con el derecho muy malo. Probablemente una pareja veterana se hubiera ido también con cero. Esto pasa en las anillas, no tiene sentido, pero pasa. A esperar al siguiente concurso.
La res, que no vuelva a salir más a las anillas, por favor. Será bueno para las parejas y muy bueno para la imagen del hierro que lleva en su anca. Porque una vaca que se quiere ir completamente, que acaba en toriles sin disimulo y que termina intentando saltar al callejón buscando salida, es una mancha importante en una vacada.

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Tercera de la tarde para una pareja con poca experiencia individual y ninguna como pareja. Eso les iba a marcar. Lógicamente no se compenetraron y no sacaron el partido que tenía la vaca. Voluntad hubo, pero faltó la experiencia que da la calidad, por kilómetros de rodaje.
Fue Pedro por delante y falló en los conceptos de cómo coger a la vaca. Demasiado al sesgo tanto al arrancar como al salir con embroques al encuentro, que a punto estuvieron de costarle algún percance. Hizo parecer a la vaca mucho más de lo que realmente era.
Fue una vaca que acudió noble, que sólo pareció tener peligro porque se le pusieron las cosas muy fáciles en los recortes. Cogiéndola mejor y abriéndose y cerrándose, dando la curva correcta, la vaca era sencilla. Con cierta dosis de bravura ella.
Se les fue la vaca con ganas de intentarlo, aunque despreciaron el último recorte cuando estaba bien colocada en la cuenta atrás, algo a contar en el debe. La de Domínguez, brava en la cantidad justa, sin malicia y apropiada para las anillas. En otras manos quizá fuera de un número de anillas alto.

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La cuarta tenía que enderezar el lote de Vicente. Estaba en el punto de inclinarse hacia un lado o hacia otro. De momento ni para tí, ni para mí. Más para abajo, que para arriba iba, pero todavía podía remontar. Pues no, siguió para abajo con esta res.
Salida enterada de toriles. Cabeza altanera y oteando el ruedo. Pintaba mal la cosa sólo con los andares. Cara y pintas de querer irse a la primera que pudiera, eso transmitía. Ya no se empleó en los primeros cites y, como era de esperar, al primer recorte que le dieron, la vaca en dirección contraria se revolvió buscando la salida.
Sólo se podía recortar de uno en uno, el segundo no lo quería, se iba sin disimulo. También entraba a regañadientes a los embroques, con la cabeza girada en dirección contraria y tratando de apartarse. No le debe gustar que le toquen la punta del pitón. Protestaba siempre.
Vaca para desquiciar a una pareja porque no quiere. Hay que mantener la concentración con este tipo de vacas para, cuando lleguen los tres o cuatro momentos puntuales de poder anillar, estar acertado. No lo hicieron y se fueron de vacío. No estuvo mal lidiada, pero cuando llegaron al momento crucial, fallaron.
Con el tiempo cumplido, y con un cabreo monumental, Mariano le acertó una anilla. De nada servía ya, pero la quiso meter. Lo intentó la pareja, que la lidió bien en cuanto a terrenos y exposición, pero que no tuvo tino con la mano. Y la de Domínguez, deslucida por completo, a su aire y sin querer pelea. Le faltó de casi todo.

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Última del lote de Vicente. Muy bien lo tendría que hacer para compensar lo visto hasta entonces. Como no lo hizo, se quedó todo en agua de borrajas. Suerte tuvo que le cayó a la pareja que le cayó, si no, la vaca era también se estar mal. Como la pareja tapó sus carencias, no fueron tan evidentes, aunque estuvieron presentes igual.
Tiró Cuairán por delante y a la primera cruzada. A analizar el porqué. Que se cruce al recorte una vaca siempre entraña peligro para la pareja. Pero hay dos opciones, cruzarse queriendo ir hacia delante o cruzarse frenándose atajando. Estábamos ante la segunda opción. Se cruzaba por no querer ir hasta la jurisdicción del recortador. Todo a la defensiva. Le pudieron dar dos seguidos y se fue. Eso como guinda.
Tocaba reñir y eran de compromiso los recortes. Porque pese a que se metía por no querer, seguía teniendo dos cuernos y cuatro patas, que en un momento dado podían ser utilizados. Cuairán quiso darle mucha ventaja al recorte, lo que es digno de alabar. El problema es que le tapaba la salida y los intentos de recorte se convertían en pasadas en falso en las que no ganaba la cara y tocaba correr delante. Sin gran peligro detrás de él, todo sea dicho, porque la de Domínguez intención coger, no mucha.
Batallaron con ella y le robaron tres anillas. Sensacional la última de Manolo, con gran exposición y muchas piernas se la metió mientras le comía el terreno. Merecían más, pero ante una vaca así, poco más se podía hacer. Quizá recortarla más en corto y sorprenderla retorciéndola. No se podía conceder ventaja porque no quería ir al recorte y tapaba el paso, así que quizá hubiera sido mejor ir a los cuartos traseros.
Y la de Vicente sin levantar el vuelo. Se quiso ir suelta y al recorte tampoco quería. Si una vaca no quiere embestir, para las anillas, mal panorama. Para una calle ancha quizá valga, para las anillas, no.

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Y a partir de aquí la cosa cambió. Al empezar a saltar las reses con el hierro de Enrique Domínguez, ahora con la denominación de Hermanos Domínguez, la película fue otra. Fundamentalmente apareció la raza y la bravura. Como antes había escaseado, la cosa se puso interesante.
Salió con mucha fuerza de toriles, gran salida. Se desplazó con celeridad a los primeros cites y acabó en tablas rematando con saña. Bruta para rematar como ella sóla. Normal que lleve los pitones desgastados así. Entre las ganas de rematar y lo que acompaña a la cabeza por detrás en forma de kilos, los golpes en las tablas eran fortísimos.
Morella estuvo claramente mermado, arrastrando un golpe en Calatayud. Quedaba el peso de la actuación en manos de Aitor. No lo vio claro el guipuzcoano en un principio y se dejó impresionar por lo violento de las reacciones de la vaca. Tendría que haberse fijado en que la vaca salía franca al recorte y no hacía extraños, eso lo hubiera confiado.
Poco recortaron, ante las dudas de Aitor, fue pasando el tiempo. Todo hasta que Morella, aún mermado, quiso ir al primero. Recortó bien y llegó a tocar pitón. Pudo caer la anilla. Pero entre que él estaba renqueante, y que las puntas son gordas complicando atinar, la anilla fue al suelo.
Después, tras un salto algo atropellado al callejón por ir la de Domínguez detrás, dijo basta y no pudo continuar. Salió Manolo para acompañar a Aitor, y ahí se confió más. Tras ver a su compañero recortar, se acopló a la embestida y estuvo más entonado.
Ganó la vaca la partida. Brava y con raza. En los recortes quiso ir hasta el final apurando. Cuando llegaba a las tablas remataba con mucha fuerza. De bruta, pero queriendo pegar sin contemplaciones. Buena vaca.

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Una de las conocidas del hierro. Aunque con poca cara, seria. Esos pitones astifinos asustan por lo certeros que parecen. No pudo salir Jokin porque, aunque estaba en la plaza, sus condiciones físicas no eran adecuadas al estar enfermo. Una pena.
De salida ya dio las buenas tardes en tablas. Le apetecía asomarse arriba. Algo habitual que era de esperar. Lo que no era previsible es que estuviera justa de fuerzas. A estas alturas de temporada la lógica dice que las vacas deben estar ya a pleno rendimiento.
Tras los cites de tanteo, no acabó de verlo claro Ander. Cambiaron puestos y tiró Mariano. Enrabietado estaba el alagonés al no haber podido hacer gran cosa con su vaca. Al segundo recorte le acertó una anilla. No valía, al actuar como auxiliar. Curioso que metiera dos anillas en la tarde y ninguna de las dos valiera.
Se confió Ander y tiró. Algunos de los recortes fueron comprometidos por estar cerca de tablas. Se hacía más fuerte la de Domínguez y complicaba el quite. Por el medio, Mariano sufrió una caída al callejón. Se pidieron rápidamente las asistencias. No lo conocen, por eso se pidieron. Al de Alagón es casi imposible dejarlo fuera de combate. Volvió a la plaza otra vez.
Tuvo Ander una anilla en su mano. La falló, pero agarró perfectamente el pitón. Lástima, porque en esos últimos recortes había conseguido el acople que faltó al principio. Algo que motivaba el que se cruzara la res y luego apurara hasta las tablas.
Al final se entonaron y estuvieron bien. Igual que la vaca, aunque por debajo de lo que puede dar por su falta de pujanza. De haber estado más fuerte, la vaca es de apretarse las zapatillas. Se cruza y va hasta tablas. Como no estuvo del todo fuerte, hizo todo eso pero a un nivel menor. Otra buena vaca, aunque esta mermada en sus fuerzas.

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Cuando una vaca es brava, al fin del mundo con ella. Pero brava de verdad. Hay que aclarar conceptos de lo que es la bravura, enfocados por modas actuales a la nobleza bobalicona. La brava es la que arrea de verdad. La que se deja hacer es otra cosa. Brava de verdad es esta.
Y eso que estuvo con menos poder que en otras ocasiones, si llega a estar fuerte hubiera sido de no poder ni toserle. Hizo una buena salida galopando. Desplazándose con fuerza a los primeros cites marcó lo que es. Una vaca que acude pronta a los cites y entregándose.
Tiró Carlos por delante. Al primer recorte anilla, la acertó. Apuró la vaca hasta tablas, pero respetó. Primer aviso. Volvió Carlos a tirar por delante y la recortó con solvencia. David al segundo entró alguna vez aislada. Se acopló bien el mayor de los hermanos y logró recortes de mérito con una res que iba a más según avanzaba el tiempo.
Cuando ya tocaba a su fin la actuación llegó el detalle de la tarde. Arrancó Carlos y se quedó mucho en la cara. Era el momento de la de Domínguez. Enfiló hasta tablas y se tiró con todo en un remate impresionante en tablas. Se tiró a matar. Alcanzó con el morro al recortador queriéndoselo comer. Por fortuna, aunque hubo un golpe fuerte, no pasó a mayores.
Bien Carlos por los recortes que dio y muy bien la de Domínguez, que sin tener el poder de otras ocasiones estuvo brava y acabó yendo a más. Una muy buena vaca, de lo mejor que se puede ver hoy en día en las anillas.

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No se pueden ir concursos así. Lo hicieron todo bien para ganarlo y al final se lo dejaron ir. Estas oportunidades vuelven y no pasan. Si se ha hecho el esfuerzo de poder con una vaca dura, hay que rematar la faena. Lo tuvieron en su mano y no lo ganaron. Con cuatro anillas valía. Al no estar presentes en la plaza Asier e Imanol, ganaban con esas cuatro anillas.
Buena salida hizo la de Domínguez también, otra más. Así da gusto. Tras ello buenas arrancadas diametrales al anillo y terminando con la cara arriba. Bien, bien. Vaca brava y con chispa. Tiró por delante Diago y a la primera anilla, muy buena. Después momento de compromiso, perdió pie a la salida de la cara y a punto estuvo de caer. Apurado hasta tablas con la vaca y caída fea al callejón. Tiempo detenido.
Una anilla en el primer recorte da moral. Lo extraño fue que no volvieran a acertar. Se fueron a por ella y le dieron ruedas buenas. Hubo continuidad y ahí a la vaca le hicieron pupa los riñones. Brava ella y entregada, le faltó algo de fuerza para aguantar la pelea con la pareja.
Ambos al primero, tanto Lago como Diago. Entendiéndose bien. Echaron abajo a la vaca y la tuvieron a merced. Estaba la vaca para uno, dos y tres, tres recortes seguidos, tres anillas y el premio al bolsillo. Pero no acertaron. Se les fue cuando el viento soplaba a favor. El último medio minuto se quedó la vaca sin fuelle y era el momento.
Buena actuación aunque sin rematar. Sería de saludos desde el tercio, tras fallar con la espada y no rematar. Brava la de Domínguez aunque se le hicieron cuesta arriba los tres minutos. El fondo bueno, la forma física del animal en Funes, mejorable.

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La del bulto. Conocida vaca del hiero de la "J-D". Cuatro vacas de un nivel algo hasta entonces en el lote, la quinta tenía que poner el broche. Y lo puso. En el aire de sus hermanas en general y de la que hizo sexta en particular. Es una vaca bruta. También con las puntas desgastadas de pegar.
Tardaron en decidirse. Amagó Javi con ir por delante, pero llegó el cambio de puestos dejándosela en suerte a Eugenio. Una vez más el de Orcoyen por delante. No estaría de más que por una vez quién salga con él, lo aliviara de ir al primero. También es cierto que Javi anduvo avispado al segundo y quitó la vaca bien. Después, la de Domínguez no se come a nadie por cruzarse. Fue clara y franca para la anilla al segundo recorte. Con posibilidades, de premio incluso.
Al final, fue cuando más le dieron a la vaca pero sin acierto. Respondía al quite y se dejaba llegar bien a la cara, con acierto no se hubieran ido de vacío. Faltó más continuidad porque no hubo terceros, con eso hubieran desgastado mucho más a la brava vaca. Una res que cuando tuvo oportunidad se fue hasta arriba tras el recortador.
Le faltó romper a la actuación y no terminaron de dominar a la res. Otra buena vaca de Domínguez. Brava y enrazada y vehemente en sus remates y acciones. Lo fundamental es que arree una vaca, y esta arrea.

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