Participaron en el II Concurso Nacional de Recortes
con Anillas Ciudad de San Sebastián junto a
recortadores navarros y maños, pero también con
gente de aquÍ mismo: Egoitz García Etxabe, de
Amorebieta; Blas Cruz, de Arrasate; Unai Arano,
Aitor Jaso e Iñigo Almorza de Bergara, sin olvidar a
Iker y Felipe. Gemelos, comparten afición: las vacas
bravas.
- Esto empieza tal que...
- En Zumárraga. En las fiestas. Con las vaquillas
que sueltan en la plaza. Nos gustaba. Lo pasábamos
bien. Nos apetecía cortar y recortar. En plan muy
muy aficionado ¿eh! Fiestas. Fiestas patronales en
tu pueblo.
- Y continúa tal que...
- En las fiestas de los pueblos cercanos. En
cualquier sokamuturra. Nos fuimos enganchando. Era
tan bonito, tan fuerte, tan potente. El toro, la
vaca, en una calle larga, muy larga, encordado. Los
gritos de la gente, ese «¿que viene, que viene!». El
ruido. El olor del ganado, sus pezuñas sobre el
asfalto o los adoquines. Su olor mezclado con el de
la arena, la paja, la madera de las vallas. Íbamos
de festejo popular en festejo popular. Casi como
auténticos groupies.
-¿ 'Groupies' de las vacas, de los corredores, de
los pastores, de los recortadores?
- Las vacas bravas nos fascinaban, por supuesto,
pero te juramos que a veces nos poníamos al lado de
los recortadores con la emoción con que un fan se
coloca junto a su ídolo. Empezamos a ir a Bergara...
-¿ Por qué a Bergara?
- Durante un tiempo allí dieron un bonito impulso a
los festejos populares con vacas y recortadores o
saltadores a cuerpo gentil. El esfuerzo no fue
baldío aunque dejaron de organizarse porque en
fiestas, los bergareses aprovechan y se van fuera.
Sin embargo, la afición prendió a lo grande en unos
cuantos de nosotros.
- Ya, pero de ser aficionado a ir 'al encuentro
con la cara del animal saliendo del embroque sin
haber sido cogido y habiendo logrado un máximo de
recortes y un máximo de aros anillados en el cuerno
de la vaca' hay todo un trecho....
- Sí, cierto, pero un buen día te ves en la plaza,
en el ruedo. Y estás en la arena porque los otros
recortadores han notado que día tras día rondas por
ahí, miras, preguntas, vibras, intentas ayudar.
- De pronto, recortadores. Más tarde, en compañía
de unos cuantos amigos, organizáis espectáculos.
Habéis toreado vacas con motos...
- Verás, en Aragón y Navarra, la afición por los
festejos populares, por las fiestas con vacas
bravas, tiene unas raíces profundísimas. La gente
conoce las vacas, conoce a los recortadores. Va a
ver tanto a las unas como a los otros, auténticas
estrellas. Aquí, en Euskalherria es distinto. No hay
tanta afición, la estamos creando. O al menos, lo
intentamos. Así que debemos ofrecer espectáculo.
Recortamos desde columpios, nos tiramos a una
bañera, jugamos al fútbol con las vacas...
- ¿No es falta de respeto hacia el animal ponerse
a tirarle penalties?
- ¿Faltarle al respeto a una vaca brava? Imposible.
No sólo porque las adoramos, sino porque buenas son
ellas. Como para dejarnos...
- Contad, contad cómo es una vaca brava
- ¿Has oído hablar de la 420?
- ¿Por supuesto! Yo diría que hasta tiene página
web propia.
- Es una vaca aragonesa, zaragozana, de casta
navarra. La estrella máxima de cualquier festejo que
se precie, de los de primerísima categoría. Ella
sola puede alzarse con un premio. Sin necesidad de
recortador o saltador que la embroque o la anille.
- A ver, a ver. Explicadme eso.
- Fíjate, esa es una de las cosas que diferencia a
la vaca del toro. El toro es un animal soberbio,
totémico, mítico, pero necesita del torero para
mostrar y demostrar su casta, su trapío, su bravura.
Al toro tienes que sacarle lo que tiene. La vaca, la
vaca... te lo echa a la plaza.
- Seguid, seguid, por favor.
- A veces está sola en el ruedo y como nadie le
presenta pelea, la busca ella, sin más. Pero no te
hablamos únicamente de la 420 sino de otras tantas.
Está la 123 que también se las trae. Bueno,
volviendo a la vaca sola en la plaza. De pronto ve a
lo lejos, en el callejón, a alguien y se lanza a por
él. A una vaca no la detienes con el burladero, no
la paras en tablas. Si tiene que saltar, salta. Te
come tus terrenos. Una de las nuestras, sola en la
arena, no es que nos siguiera a nosotros entre las
tablas sino que perseguía ¿nuestra sombra en la
arena! Palabra.
- ¿Habéis dicho 'una de nuestras vacas'? ¿Pero es
que sois ganaderos?
- Claro. Con todas las de la ley. Tenemos seis
vacas. Se las compramos a un amigo torero, dueño de
una ganadería en Quintana de la Serena. Pastan en
los terrenos de una bravísima ganadería guipuzcoana,
la del Marqués de Saka, la de Lastur-Itziar. Seis
vacas... ¿Más bonitas! ¿Más bravas». Negras,
chorreada burracas, coloradas... No sabes cómo nos
gustan. No sabes lo que significa que las saques a
la plaza y trabajen bien. No sabes lo que representa
confíar en sus genes, en su árbol genealógico. Ni te
lo imaginas. Son parte grande de nuestra vida.
- Marqués de Saka...¿es verdad! Asier
Arrizabalaga y sus vacas. Y sus caballos para los
alguaciles de Illumbe...
- ¿Sabías que en Euskalherria hay siete ganaderías
bravas?
- Francamente, no.
- Pues las hay. ¿Si vieras los piques entre los
pueblos donde están las vacas! ¿Qué magníficas
guerras entre, digamos, Deba y Mutriku!
- Vaya con las vacas, vaya con los ganaderos,
vaya con los festejos.
- Lo increíble de cortar vacas es que ellas saben
mucho más que el recortador. A esas, siempre
enteras, sin daño, sí que no le engañas con un
trapo. Van a por tí. Saben dónde estás y lo que vas
a hacer.