BALANCE DE LA GANADERÍA

Llega a tal nivel empalagoso lo de ir a medias, que ya se hace complicado no hacer los balances en general. Ya hay muchos que fusionan los dos apellidos en uno sólo. El término es hasta gracioso. Y claro, como parece importarles muy poco a ambos todo lo que se diga y se piense de su actitud, es de suponer que les resbalen las mofas y chanzas abundantes que hay.

Lo cierto es que en la mañana del día 12 se echó de menos a Fraguas y las vacas de "La Bomba". Eran las encargadas habitualmente de correr esta mañana. Y los últimos años lo hicieron mejor de lo que se vio en 2009, con los que imponen correr a medias y se lo consienten. ¿Para este viaje tantas alforjas?

HERMANOS MARCÉN

A Marcén le funciona lo colorado. Las mejores, las tres coloradas. Nº 5, Nº 79 y Nº 161. Las otras cuatro, ahí estuvieron. Una de ellas lesionada nada más aparecer en el ruedo. Que se recupere. La de abrir plaza, para darse un paseo por la arena.

No merece la pena redundar un año más en el trabajo de despeje que hicieron algunas de las pares. Es lo de siempre y para no ser reiterativo, además de no perder el tiempo, no vale la pena volver a desarrollarlo. Marcén, para la capea, tiene lo que tiene, que no es malo del todo. Se vería y juzgaría de otra manera si no fuera acomodado.

HERMANOS OZCOZ

Y Ozcoz pareció influenciado por no ir la mañana a su nombre, si no, no se entiende que echara lo que echó. Acudió con vacas de tercera o cuarta fila. Y con eso le valió para estar a un nivel similar o levemente superior que el compañero de cartel. Ozcoz no puede ser eso. No puede echar vacas de cumplir sin más y no todas cumplieron. Eso para ellos es un petardo. Por cierto, casi todas saben lo que son los balcones.

Destacaron la Nº 23, muy fuerte y seria para esta plaza. La Nº 112, también imponiendo respeto y con buenas arrancadas. Y la Nº 52 que, aunque a menor nivel del que puede dar, estuvo bien. De las dos últimas y las otras dos, mejor no hablar. Si eso lo cuela en medio de una mañana en solitario, no pasa nada. Como le gusta hacer las cosas a medias, entonces toca echar todo de calidad, si no, estará emborronando su imagen. Empatar en una mañana de Zaragoza con el compañero de cartel, sea cual sea, es una mancha en el expediente.

Los bueyes bien, como si fueran amigos, que seguramente lo serán. Trabajaron bien y fueron perfectamente guiados por Alberto Seral, de la casa Marcén, que manseó al paso, como tiene que ser.

Los dos bueyes.
Foto: Pili

Vaya mañanica del día doce, sin pena ni gloria en función de lo que se esperaba y era deseable. Tanta exigencia requiere refrendarlo en la plaza luego. Con lo visto el día doce, se le coge ojeriza, más aún, a la imposición. Y sin olvidar una vez más, que hay quién tragó con ello y que luego por megafonía anunció sólo un nombre. No se puede tratar así al que paga. Se le menosprecia.

Hacen y deshacen a su antojo. Ya no organizan y siguen haciendo todo casi con el mismo poder. Están por encima del bien y del mal. La competencia está tan lejos que podrán hacer lo que quieran, cuando quieran y como quieran. Los actos definen a cada uno. Qué triste. Pero que no se olviden que las tortillas dan vueltas.