Segunda de la mañana que iba a venir a confirmar la estrategia del ganadero. Echar por delante dos vacas de cumplir el expediente sin más para que con ellas se desfogaran. Lo que pasa que igual no calculó lo que podrían confiar. Esta estuvo mejor que su hermana, más movilidad y más cabeza. Se supo dosificar algo más aunque la guerra seguía siendo tremenda. Se supo cambiar de terrenos y quiso ir a los cites. Al final sacó raza para provocar varias cogidas consecutivas sin dar tregua. No pudo lucir, era imposible.

Otra vaca de imponer respeto. De salida subió al tablao queriendo coger y es que la vaca quiso coger. Pero quiso coger pensando y reservándose. Quizá demasiado por momentos, lo que hacía que se quedara parada en espera del estímulo. Es una vaca fría, pero que cuando arranca, va de verdad. Otra vaca necesaria en una mañana. Se estaba imponiendo a la plaza Cuartero, lo que parecía imposible al empezar.

Sin ser gran cosa por apariencia, fue otra que se hizo respetar. Midió y también pensó en la plaza. Es una vaca que se cruza mucho en los recortes, eso hizo que o bien no la pudieran pasar o bien la pasaran con muchos apuros. Eso en la plaza se ve y transmite peligro. Además de cruzarse, en varias ocasiones y con más mérito al final, llegó a terminar en tablas queriendo acabar cogiendo a la presa. Sacó mucha raza ahí. Tuvo peligro de verdad. Transmitió y fue otra de las que puso orden. Una vaca interesante para la capea. Lista y enrazada.

Es una vaca brava. Su misión pues era cumplir en la plaza acudiendo a todo y entregándose. Si eso no valía para sobresalir, por lo menos serviría para ver a una vaca brava. Hizo una buena salida y en unas de las primeras acciones descolgó a una persona de las tablas, buena cosa. En el tablao, aunque quiso, estuvo torpe y lejos de poder subir. Lo demás fue entrega por brava y por tener chispa para acudir a los recortes. Cumplió.

Otra vaca brava, pero esta se quiso emplear tanto en los recortes y pecó de tanta nobleza, que duró muy poco en la plaza. Lo vieron rápido y se fueron a por ella. Estuvo un punto por debajo del año pasado en el que sacó mucho fondo. Se vino abajo pronto y no lució. No pudo romper por ningún lado.

Muy fría. Frenada para todo, sin querer terminar. Pensando más de lo deseable. La cabeza superando al corazón, que para el momento de la mañana que era, ya no era bueno. Floja actuación en la que no quiso casi nada y se plantó en la arena esperando a verlas venir. Tampoco cuando le vinieron hizo nada del otro mundo.

Segunda vaca de la feria que iba a saltar al callejón. Hay que sentirlo profundamente por Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, que decía echar de menos, en declaraciones a la televisión, que las vacas saltaran al callejón. Pero no hizo si no decir lo que le dijeron que dijera. Vaya asesoramiento...
Una vaca que no lo hizo mal en Pina de Ebro en Agosto, iba a salir por donde nadie imaginaba. Estuvo distraída y metida en su mundo. Sin querer hacer nada. Todo hasta que de buenas a primeras se paró delante de la puerta de cuadrillas y saltó al callejón en parado. Salto con mucha altura y sin venir a cuento. Y cerró con otro salto de similar condición. Un petardo de actuación de una vaca que no salió para hacer circo y lo hizo.

Qué gusto da ver a una vaca brava. Pero a una brava de verdad, a una bravísima. Y más detrás de una que saltó al callejón a pirarse. Hizo una gran salida esta "adolfa". Vaca con edad pero con un corazón que no le cabe en el pecho. A los primeros recortes que le llegaron, se tiró a matar al callejón. Varios consecutivos hasta el final. Entrando a comerse el recorte y terminando detrás con todo. Remates espectaculares cargados de emoción. La mejor salida de la feria.
Después se la respetó y ya no le llegaron tantos recortes. La vaca seguía queriendo ir pero fue agotándose. Aún así, al final, volvió a rematar bien en tablas. Fue fuertemente ovacionada al pasar a los corrales. Pedazo de vaca. La más brava de la feria seguramente.

Después de vista la anterior y de que la mañana había sido como había sido, estaba todo claro ya. La mejor mañana era la de Cuartero. Quedaba la última que no contaba. Y a partir de aquí, los diez minutos que quedaban, eran de trámite. Como cuando el partido está resuelto y se espera a que suene la bocina final.
Tuvo movilidad, acudió pero sin gracia. Se dosificó y supo estar, pero sin hacer grandes cosas. No tuvo gracia y no se empleó.

Y la última fue ya de trámite total. Faltaba ya guerra en la plaza y se benefició de ello para poder aguantarse, pero sin embargo pecó de frialdad. Acudió a los recortes y no tuvo mucha más historia. Cerró plaza y vale.